Masajes

El masaje es una forma de manipulación de las capas superficiales y profundas de los músculos del cuerpo utilizando varias técnicas, para mejorar sus funciones, ayudar en procesos de curación, disminuir la actividad refleja de los músculos, inhibir la excitabilidad motoneuronal, promover la relajación y el bienestar y como actividad recreativa.

Probablemente es la herramienta terapéutica más antigua que el ser humano utilizó para proporcionarse un recurso natural contra el dolor. Su evolución y uso ha sido parejo al de la sociedad, hasta convertirse en la técnica de «tacto estructurado» que hoy conocemos.

Existen diversos tipos de masaje, desde el de relajación hasta el afectivo o sensual; pasando por el específicamente terapéutico (masoterapia) del ámbito sanitario y el del ámbito deportivo, destinado a mejorar la actividad física.

Beneficios y adjetivos

  • Mecánicos: las fuerzas mecánicas relacionadas con cada maniobra de masaje afectan a los tejidos.
  • Fisiológicos: alivia el cansancio, se asocia a la práctica del ejercicio suave y la gimnasia, y los baños termales.
  • Preventivos: estos se cumplen cuando se localiza por palpación una zona tensa o con posible lesión, cuando se delimita, y al comunicárselo al sujeto que recibe el masaje y al tratar. Así se cumplen dos de las funciones del terapeuta: educar, y promover la salud aconsejando que el masaje esté unido a la práctica de ejercicio moderado, para mejorar el bienestar general, y conseguir además que el tratamiento perdure.
  • Terapéuticos: cuando se utiliza el masaje para mejorar la función circulatoria, recuperar la movilidad restringida entre los tejidos dañados, aliviar o reducir el dolor, o para optimizar la conciencia sensorial. El masaje terapéutico debe ser realizado solamente por personas capacitadas.
  • Estéticos-higiénicos: cuando tiene por finalidad mejorar el aspecto externo de la persona, eliminando los depósitos de grasa, devolviendo al músculo su tono y relajando el cansancio. Igualmente tiene resultados higiénicos puesto que eliminar el cansancio en una persona sana produce un resultado estético.
  • Deportivos: cuando se efectúa para preparar a un deportista con finalidad competitiva antes, durante y después de la práctica del mismo.
  • Psicológicos-anímicos, o para la relajación: el contacto de la mano experimentada proporciona seguridad y confort, a la vez que regula y alivia la tensión psicofísica.

Técnica

El masaje se aplica mediante la manipulación manual de los tejidos blandos: piel, muscular y conjuntivo o tejido conectivo para ampliar la función de estos y promover la circulación, la relajación y el bienestar. Sirve, además, para aliviar o hacer desaparecer las contracturas y la tensión muscular, optimiza la función y permite un buen deslizamiento de los tejidos.

Las maniobras de masaje tienen como finalidad, también, la recuperación y rehabilitación física de los procesos patológicos, o de las lesiones. En referencia a esto último cabe destacar que en el momento en que el masaje proporciona relajación y bienestar nos ayuda recuperar y mantener la salud.9 Por tanto se convierte, incluso sin pretenderlo, en un acto terapéutico.

Contraindicaciones más importantes:

  • Durante los tres primeros meses del embarazo. Luego de ese período, con prescripción médica, solo se le aplica el masaje en posición sentada o recostada lateralmente, con técnicas suaves y evitando zona de las vértebras lumbares, el vientre y el tórax.
  • En caso de cualquier tipo de intervención quirúrgica (por ejemplo, una cesárea) deberán transcurrir seis meses antes de someter al individuo a una sesión de masaje.
  • Enfermedades infecciosas de la piel (por ejemplo, hongos, lupus) y otras no infecciosas generalizadas (por ejemplo, dermatitis alérgica), úlceras por decúbito (UPP) y quemaduras.
  • Enfermedades vasculares inflamatorias (por ejemplo, flebitis), inflamaciones de los ganglios linfáticos, debilidad vascular y retenciones circulatorias graves.
  • Trombosis y embolia arterial por riesgo de embolismo pulmonar o de otros tejidos del organismo, venas varicosas y en cardiopatías en general (por ejemplo, taquicardias e hipertensión arterial).
  • Inflamaciones agudas o patológicas con sintomatología típica: dolor, calor, rubor (enrojecimiento de la piel) e inflamación (aumento de volumen).
  • Hematomas, hemorragias recientes, heridas sin cicatrizar, esguinces agudos, contusiones, edemas agudos, derrames articulares, desgarros tendinosos.
  • Enfermedades agudas o en fase evolutiva, como estados febriles, náuseas, úlcera gástrica o úlcera duodenal.
  • Enfermedades de tipo metabólico como la gota.
  • Fibrosis y enfermedades musculares degenerativas.
  • Enfermedades reumáticas agudas.
  • Enfermedades infecciosas o tumorales.
  • Procesos inflamatorios de origen bacteriano.
  • Problemas renales en fase aguda, cálculos de riñón, cálculos biliar.
  • Rotura o desgarros de músculos, vainas, tendones, ligamentos.
  • Traumatismos recientes y tratamientos quirúrgicos.
  • Enfermedades del sistema nervioso: lesiones de las vías piramidales, pacientes con cuadros de compresión nerviosa.
  • Cáncer por el riesgo de propagar las células